Desnudas tu alma y cuerpo con
descaro
Mientras pintas ansiedad en mis
pupilas;
Acribillas a deseo mi impaciencia
Paseándome tu lengua por mis labios,
Exigiéndome calor, fuego ardiente,
Arrabio abrasador que te incendie,
Haciéndome desear ser tea,
Acero de seda incandescente,
Antorcha que se apague en tu
frescura,
Lava espesa como río hirviente,
Para fundirme en llamarada de un
sol
Deshaciéndome en rojo blanco mágico,
Ráfagas de un mar de fuego soberbio,
Que penetra tu rompeolas vencedor,
Lo conquista y es captura hipnotizada.
Mi vida inútil; inmundo desperdicio
En tu altar de pura pasión se
ennoblece,
Es entrega de dolor trasmutado
Color eterno de roja sangre
derramada
Haciendo mis ojos luz de la
oscuridad
Y de mis dedos que ensucian,
pulcritud.
Vine de mujer a este erial de
espinos
Y por mujer me curé de las heridas,
Por mujer rendí mi orgullo,
Pude reposar de mi dolor por mujer.
Volví a ser niño para ser hombre,
Fui hombre cuando me completó y…,
Me amó y fuimos eternos.
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