Vino el diablo a mi puerta,
Solo quería adular
Confirmarme en mis errores
Hacerme pensar en gozar
Y esperar.
Llamaba suave, cortés y educado
No me urgía a contestar
Solo bajito decía, "Se esperar"
Sentadito en el umbral, apocado,
No pintaba amenazar.
Era el diablo a mi puerta, esperando
Que decidiera buscar,
La forma de despedirlo:
"Nadie me quiere aceptar"
Por mi, quise una respuesta dar
Puedes quedarte a mi puerta,
Más no podrás entrar
Que tiempo tuviste entonces,
Cuando, imbecil, mucho hube de llamar
Tu, estando seguro, no quisiste llegar,
Pensabas, que ya era tuyo
Solo habría que esperar,
Que hartito de mi celda, me la quisiera librar.
Poco sabes buen diablo
De como el hombre suele vibrar;
Quedáte fuera esperando,
Aquí dentro de mi no te vas a quedar;
No necesito de tu libertad
Esa que usa cadenas a las que agitar
Para que haciendoles ruido
Parezca que saben gritar,
Y solo cantan el fado de la tristeza, mirar
Cuando un hombre es feliz
Que aunque en su celda se encuentre
En ella encuentra su libertad
Porque es elegida, donde gozar
Del tiempo que quede en la vida,
El tiempo que tienen, ya viejos
Para disfrutar.
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