Perdedores de Tiempo, Ganadores de Alma

viernes, 25 de abril de 2014

AMOR EN LIBERTAD, INACABABLE.




Esas manos de fuego que me incendian
Los ojos que devoran mis deseos, zarza ardiente
Cuerpo entero entregado a la pasión
Este mundo insensible, inabordable, inútil
Nunca se abisará hasta la sima de mi efusión.

Al zambullirme en el turquesa que me acaricia
Abandonarme a ese Mesías; tu susurro quedo,
Sentir el calor que despide tu atracción…
Y el roce, sublime roce de seda y raso, piel serena,
Me fundo con las galaxias que me acunan y perdonan.

Cuando te lanzas al infinito que soy, abandonado
Y me confundo con tu pensamiento, soy idea
Somos uno y eternamente vivos, muriendo
Derretidos en sudor, fundidos en saliva dulce
Las nubes, sabanas; cielo, la cama de nuestro secreto.

Tiempo detenido para eternizar el goce; tu goce.
Mezclamos lágrimas al nacer y nos saciamos de placer
Sentir la sed inagotable de tu piel sudorosa, brillante,
De tu espalda interminable; alcanzar la meta anhelada,
Y desleírme entre tus quejidos de avaricia de mí.

No hay dolor, solo el del dolor que lleva al placer
El saber que nunca va acabar el saber gozar
Olvidar que el mundo fuera de nuestro cielo es hostil
Nos señala, nos rechaza, nos envidia y ejecuta,
Pero resucitamos de entre nuestra carne febril.

La vida fuera de nuestro universo no es vida,
Es rutina gélida en manos del cruel rencor y tedio,
Sepulcro de la felicidad y disfrute de tu piel salada,
Prisión inhóspita de la poesía de tu cuerpo glorioso,
Hipogeo arrasado por la lujuria que añora el amor.

Nunca nos separaremos, aunque ya no nos veamos,
Siempre nos recordaremos como ángeles carnales,
Seremos la admiración de quienes nos desean y repudian,
Triunfaremos allá donde fracasen los babosos.
Viviremos para siempre pues siempre nos amaremos.



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