Como un triste pájaro herido,
Raseando la cordura,
Sabiéndose tan amado
Y teniendo que dejar de amar.
Como delfín desnortado,
Varado en la playa del olvido,
Asfixiado sin tu aire,
Aplastado de tu ausencia,
La soledad de regalo,
Los desprecios, mi tortura
Tu felicidad mi cielo.
La ceguera es mi consuelo;
Lagrimas en sabana amarga;
Noches de ojos de espanto
Sin que el sueño se apiade,
Sin un alba que rescate;
Rayo de un Zeus tonante
Ni martillo piadoso de Thor
Que acabe con mí penar.
Vagar es la recompensa ruda
Por tener que dejar de quererte,
Tener que dejar de pensarte,
Olvidar como destino
Obligarme a vivir, el castigo
Por no querer volverte a amar,
Sin respetar,
Repudiar,
Vomitar,
Los sentimientos que me vestían de azul
Que me hacían navegar
Los cielos de juventud,
¿Recuerdas?
Los que volamos felices…
Y ahora yo, herido en las alas tristes
Tengo que abandonar,
Para estrellarme en los riscos
De las palabras manidas,
Los juicios de dolor negro
Y agonizar sin morir
Para poder tener que vagar
Solo,
Sin un consuelo,
Sin un mal recuerdo,
Solo, con mi dolor.
Es triste pensar que hasta el dolor nos individualiza, pero es así. En las hora bajas uno está a solas con su dolor y, a veces, hasta más allá o más acá de su dolor.
ResponderEliminarLo comparto.
Saludos.
Un honor. Gracias por darte un voltio por aqui. Mis poemillas son autobiográficos y sinceros. De mi prosa no te fies soy muy peliculero y es casi todo retorico.
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