Perdedores de Tiempo, Ganadores de Alma

martes, 20 de agosto de 2013

MORIR NO ES DEJAR DE VIVIR




Verás.

No quisiera hacer sangre
Al menos, no tanta,
La mía,
Sobre la que me resbalo,
Esa que tú has derramado
Y por la que caigo muerto ante ti,
Pero antes,
Escúchame:

Dices que te quieres morir,
Yo no quiero morir
Quiero dejar de seguir viviendo
Y que puedas ser feliz
Muriendo,
Si es que no vas abdicar amenazando
Hasta no escuchar mí murmullo,
Mi aliento perjudicado
Dejar de exhalarse,
Cerca, de ti.

Mueres y todo acaba, misericordia,
Dejas de vivir y todo empieza, castigo,
No voy a morir
Fácil cosa,
Dejando de vivir, comienzo la purga,
Reintegro lo que te debo
Y aparto la sonrisa de mi cara
Hasta la misericordia
Si existe para mí, dudosa.

Si cumples lo escupido
Sobre tu lápida de por vida
Dejaré de vivir
Para que tú mueras cada día en paz
Que no sufras,
No penes lo que yo te provoqué
Me perdones desde tu estado
Sea la paz mi última esperanza,
Tú paz, no la mía
No la merezco, y no será.

Ahora ya sin poderte ver
Aún oliéndote,
Saboreándote,
Llorándote,
Estaré tranquilo, escaso y pobre,
Sabré que con mi ausencia de vida
Compro tu paz exigida.
Bien; muere, si es deseo impar
Yo cargaré tus andas
Y lavaré tu tumba con lágrimas eternas
Hasta que la misericordia
La muerte real me visite bondadosa
Y me acerqué a tu lado,
Aunque ya no lo desees,
Aunque me desprecies.

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