La piel al alba es pálida,
Con ojeras como grutas
Oseras peligrosas.
Como el horizonte brumoso,
El cielo cernido,
La sangre malvada.
Piel que se entrega
Al sacrificio del amor;
Prohibido,
Oculto,
Vergonzante
Y sublime.
Piel que tirita trémula
Ante su dios.
Deseando, esperando
Ansioso su sacrificio,
Que le deje a merced
De los sentidos,
De los deseos,
De la pasión perdida.
Palidez extrema humillada
Ante el dueño.
El amo…, que manda,
Amoroso y severo,
Doloroso y placentero
Sereno,
Apolo.
Te alejas huidizo de sangre
Lleno de vida,
Pleno de juventud,
Sin saber si querrá
Si te reclamará.
Te lo llevas dentro
Y se queda lejos,
Cerca de tu corazón
Henchido de gozo.
Vuelves a la vida
A la dura y oscura vida,
Que ya no será.
Quizá nunca fue
Solo sucedió el destino,
Sin libertad,
Con lágrimas de rabia
Arrasando el alma en una sonrisa;
Y todo fue correcto
Asquerosamente bonito.
Y feliz.
Solo queda esperar
A la redención del espíritu.
La carne es solo mía.
No la quiero redimida,
La quiero castigada,
Como siempre,
Como casi nunca
Sin vergüenza,
Con pena
Y orgullo,
Como un arco iris
Tras la galerna,
Como un rayo de sol
Entre las nubes.
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