Perdedores de Tiempo, Ganadores de Alma

domingo, 24 de febrero de 2013

NI A TI MAMÁ, NI A TI TE VOY A PERDONAR



Tú ahora pides cuentas
Cuando la parca se asoma
Y todavía asustado,
Espero que me consueles
Del terror que no perdona,
Aquel que desamparado
Me exprimía la vejiga
Mientas tu marido atizaba.
Una palabra tan solo
Solo un ¡basta!
Entre sollozos de madre
Para un crío de ocho años
Que escuchase esa súplica,
Habría sido un arpegio
De la guitarra más fina
En su oído que escuchaba
Los insultos del que además
Machacaba.

No te voy a perdonar
Por muy tu marido que fuese,
Porque si él me engendró,
Tú me pariste
Me arropaste,
Me cuidaste,
Alimentaste  nueve meses
Para luego darme a manos,
Que la justicia impartiese
Por querer jugar a hombre
Cuando ni ahora,
Pasados cincuenta años,
A duras penas lo soy.

No, no te puedo perdonar,
Aquello no fue castigo,
Era preciso además
Amartillar la condena
Y que el criminal supiera
Lo que se pena al purgar.
No te voy a perdonar,
Una madre no hace eso
Y menos ajusticiar
A un niño que es tan pequeño
Que no sabe que violar
Es lo que a niños, como él era
Se les hace al encerrar
En un colegio de ejemplo
Un colegio que te enseñe
Lo que es preciso ocultar.

No, no te quiero perdonar,
Despreciaste mi dolor,
Me negaste hasta el pan
Aplaudiste a ese padre
Que para querer castigar
Tuvo que pisar orines
De su hijo que pedía
Que parase de pegar.

Y hoy que la muerte ya ronda
Por tu casa o por la mía,
Te pondrías de rodillas
Más no te perdonaría
Hasta que aquella sangre,
Maldita sangre que me derramó papa,
No se seque; y no se seca,
Ni ya se podrá secar
Pues la herida fue muy honda,
Tan honda como el pesar
De saber que se tienen padres
Pero para siempre
Ya se es huérfano, sin familia
Y nadie que te quiera amar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario