Será ese día de miel
Cuando los cuerpos desnudos
Se confundan en orgía.
Éste dios esté dormido,
Las ninfas mueran de envidia,
Arremolinen los vientos
Las hojas secas
De un otoño rojo y siena,
Y los cielos se conjuren
En bautizo de libertad,
Sobre nuestro amor entregado,
Cuando llegues,
Ya muy tarde
A obligar a las saetas
Del que fue nuestro reloj,
A caminar marcha atrás.
Cuando tenga que decirte
Que nuestros cuerpos desnudos,
Sacramentados de sexo y amor,
Bautizados de lluvia y vida
Ya no admiten componendas,
Olvidaron nuestras noches de pasión,
Por muchas promesas que hubo
Y aunque con mucho dolor,
Aquellas posesiones eternas,
Los besos sin un final,
Lo tuvieron cuando tú,
Te negaste a aceptar que tu cuerpo
Era mi cuerpo,
Que mi sexo era tu sexo
Cuando lo quisieras usar,
Prefiriendo otras formas
Más correctas…, de poder amar.
Ahora ya los dioses
Con el alba se despiertan,
Contemplan nuestra pasión,
El amor más entregado
Y tus lágrimas amargas,
Que se mezclan con las mías
Dulces de mi nuevo amor.
Ya las tuyas no me producen
Aquel escalofrío tierno
Que me hacían exclamar
“Poséeme una y otra vez”.
Ahora es este dios dormido
El que me ha preferido,
Digan lo que digan de él.
Es más hombre que tú fuiste
Cuando preferiste una mujer.
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