Perdedores de Tiempo, Ganadores de Alma

sábado, 17 de mayo de 2014

ARCO IRIS




Arco Iris, yo pensaba
En barco verde guerrero
Que a las ballenas salvaba
De japoneses aviesos
Que gustan sus entresijos
Y el aceite, y los huesos.
Pero estaba equivocado,
Que el Arco Iris encima
Es símbolo y fin
De la esgrima
De Dios con la humanidad
Que se puso levantisca
Al jugarse en una brisca
Con Dios la inútil eternidad,
Levantando torre alta
Para llegar a los cielos
Y conocerlos enteros
Sin permiso de este Alá.
Pero sigo equivocado
Porque me tienen hablado
Del año sesenta y nueve
Un bar duro como piedra
Muro que resistió
El embate de la gente
De la que viste de azul
Que quiso acabar a porrazos
Con los que según libremente
Pensaban que era corriente
En la calle dar abrazos
A quien tuvieran a bien.
Allí en el Christopher Park
Unas gentes peculiares
Se saltaron a raudales
Las normas del buen amor.
Hombres con hombres cogidos
¡Oh cielos!, que abominación
Mujeres que besan hembras:
La degeneración.
Y lo peor que es peor
Ya para rematar;
Es el gusto por amar,
Según el cuerpo te coja,
Una chica que se arroja
O un chico al que poder besar.
Fue un revuelo,
Vuelan sillas, mesas saltan
Y Nueva York se conturba
Todo el mundo se contiene
La lengua se les detiene
Ya no respiran los muertos
Y a los de azul se les viene
El mundo que les aplasta
Mundo sin respirar que no aviene
A como poder juzgar
Que hombres y hembras
Troquen sus gustos de orden
Sin preguntar a los curas
Si es bueno al mundo pedir
Lo que no dicen herir
Y a los rabinos ¿Qué tal?
Y a los ayatolás
Si van a dejar de ahorcar
A los amantes que quieren
No tenerse que extraviar
Para decirse muy bajo
“Te quiero, te voy a besar”.
Pero el tsunami no para
Y desde aquel sesenta y nueve
Amargo y a la vez feliz
La onda toma un cariz
Que seguirá con su fuerza.
Los políticos preguntan
¿Su voto es interesante?
Los meapilas se asustan:
A Dios es a quien disgustan.
Y todo el mundo
Que quiere seguir feliz
Imagina la tierra un tapiz
Donde cualquier tenga sitio
Y que cada persona sea
Un color en su bandera
Sin que sea uno cualquiera
Mayor que el que tiene al lado
Que el rojo es el de la furia
Por ser siempre despreciados
El verde de indignación
Por las afrentas sufridas,
Las heridas recibidas,
Y los muertos enterrados
El amarillo la rabia
De saberse, no mejor
Ni siquiera superior,
Sino igual al que te escupe
Sin saber que el salivazo
Alguno suyo aún lo sufre.
Azul por lágrimas derramadas
En entierros sin calor
Por inocentes del furor
Que destroza hasta las almas
De los que cargan las armas
Y no saben quienes son.
Naranja de un corazón
Que se desangra de asco
Cuando sabe del atasco
Que en los pinares se da
De gente muy respetable
Pero no  muy admirable
Por su sinceridad.
Añil, el que nos anuncia
Un día de bienestar
Cuando cada uno pueda
Cargar con su realidad.
Y el color que la remata
Violeta de la paz sin empañar
Que a todos se nos refleja
Cuando miramos de frente
Pregonando orgullo a muerte
El vivir sin engañar.



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