Perdedores de Tiempo, Ganadores de Alma

viernes, 21 de febrero de 2014

REALIDAD, CRUDA REALIDAD




En mi soledad acompañada y cruda
Grito en silencio, sin mudar,
Sin pestañear, enmascarado;
Mi alma hierve de ausencias
El corazón cabalga en pos de nada
Y la memoria me tortura a cada paso:
“Aquí se quedó aquel, lo abandonaste”
“Allá dejaste al otro y al otro más”
“Habrían muerto por ti…”
Cruel memoria, certera, ama grave.
Soledad espigada día a día,
Egoísmo cicatero, cobardía ramplona
Vida en vertedero, en rastrojo abandonada
Sin valor, sin horizonte, soledad estéril.

Escucho voces a mí alrededor
Otro idioma, otro eco, incomprensibles,
Vivo extranjero en mi isla abandonado
Dejado de mí mismo, inexistente,
Absurdo. Un estorbo conocido. Solo.
Tiendo manos y ya no hay manos
Esas manos tendidas las desprecié
Por sombras, miedos, brumas espesas,
Dioses pequeños, diablos grandes,
Ángeles de sombra, de luz, grises de humo,
Brillantes de soberbia, sucios de deseo.
No me quedan manos que pedir.

Me arrincono entre mi nada apolillada
Porque soy nada para todos, para nadie;
Creo que me ven, parece que me miran
Hasta les estorba mi ser nada.
Y me arrincono…, esperando esa mano
Que me arrebate de la nada,
Que me transforme en recuerdo de nadie.
Umbría lasca de piedra sin labrar
Sobre la tierra fresca, sin letras, sin números,
En un rincón, mi rincón de la nada
Por donde nadie aparezca;
Ni para escupir, ni para reír, ni para soñar.
Saberme entre las tierras podría herir
Recuerdo de alguien imposible,
Pronunciar mi nombre sacrilegio.
La peste.

1 comentario:

  1. Magnífico poema, cargado de templanza, historia y crudeza.

    Amagus

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