Siento tu aliento seco y frío
Y se que soy yo.
Miro tus ojos turbios de pena
Y se que soy yo.
Siento la humedad de tu piel triste
Y se que soy yo.
Cada lágrima que te bebo,
Cada temblor que te recojo,
Cada silencio que me asestas,
Cada gota de sangre seca en mi cara,
Se que son míos.
Entre brumas de un hogar que no fue,
Cenizas de llamas que no calentaron,
Recuerdos rotos de no recordarlos,
Suspiros que se confundieron de sitio,
Sitios que nunca supieron de ti,
Paraísos lejanos cuando no éramos,
Y nunca seremos, se que lo sabes,
Infiernos diarios donde lloramos
Solos…, juntos a veces, pero solos.
Mi cobardía te quita la vida,
Esta mascara de piedra hecha de dolor
Ese dolor que tú digieres en silencio,
El mismo que yo guardo sin amor.
La conveniencia te mata,
Tu muerte me duele sin rictus.
Y se que soy yo. No tú.
Tu sinceridad me escuece en los ojos
Tu mansedumbre, tu espera serena,
Ante mi dureza; me hace peor
La voz calma que me aseda y amansa
Es vendaval de hielo en mi alma;
Y no, no es tu sexo
No es tu piel, tu entrega, tu amor
Eres tú al completo,
Y yo el culpable de tu desgracia.
Si, siempre lo supiste y esperaste
Me esperaste
Y yo; yo, se que soy yo,
Y se que me perdonas
El juez y el reo soy yo, sin condena
Con culpa y sin perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario