Perdedores de Tiempo, Ganadores de Alma

sábado, 25 de enero de 2014

ROSA Y ORQUÍDEA




Rosa roja de la sangre que me mana
Del abrazo al que me entrego
Alcanzando su frescor.

Arco iris de la orquídea misteriosa
Embriagado en su color
Sin memoria de la rosa,
Desmayado en templada suavidad
Reposando junto al tallo
Sin espinas de una rosa que marea con su olor.

Marchita rosa llorando ausencia,
Sedienta de sangre fresca,
Que la riegue y la devuelva su verdor;
Sangre que mana de mi corazón,
Recordando que la orquídea me reclama la atención.

Orgullosa orquídea solitaria
Temiendo del frío hielo,
Una ausencia que es dolor,
Si le falta el amor oscuro de otra orquídea…
O una rosa que compita por su amor.

Corazón de ingravidos pétalos,
Vivos pétalos de sol
Con la angustia de elegirlos a los dos,
Cada uno en su color,
De su flor,
Con sus celos,
Por querer ser la mejor entre las flores
Orgullosas de su origen, envidiando distinción
Queriendo ser elegidas únicas de mi amor.

Postrado ante su jardín, llorando por distinguir
Que la elección no da vida
La vida no es la opción de rechazar una sola
Podría elegir las dos,
Si no tuvieran raíces hundidas en el dolor
El que provocan celos de muerte,
Celos del egoísmo y la sin razón.





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