No me digas que no ahora,
No pretendas que me crea
Que tus ojos me mentían
Cuando anhelantes decían
Que sin mí tú te morías.
¿Y ahora me dices que no?
Que clase de filtro has tomado,
Que persona te ha engañado
Para enturbiar tu pupila
Y creer que me has dejado.
Recuerdo cuando temblabas,
Las mejillas encendías
Y los ojos arrasabas
Con lágrimas de alegría
Cuando en tus labios besaba.
Y ese no, se te atraganta
Te estrangula el corazón,
Te congela la sonrisa,
Dejándome con dolor,
Y una palidez que me espanta.
No digas ahora que no
A mi no es a quien le mientes
Engañas tu corazón
Sin encontrar la razón
Para dejar de quererme.
Se entonces fuerte y sincero
No temas que a mi me duela
Te dolerá más a ti
Si recuerdas que yo fui
El que te besó en la chopera.
Recuérdate aquella noche
Era de invierno, cerrada,
Caminaba en la alameda
Cuando quedaste prendado,
Y me robaste hasta el alma.
No preguntaste quien era,
Tú me miraste la cara
Me besaste con dulzura
Seducido de mi cuerpo
Enardecido en tus ansias.
Y allí se acabo la historia;
Me emplazaste en la Alameda
Junto a la orilla del río,
Esperando me moría,
La garganta se me ahogaba.
La vista se me nubló,
De las lágrimas que ardían
Resbalando las mejillas,
La rabia me consumía,
La muerte me sonreía.
No se cual fue tu camino;
El mío llegó a su fin
Cuando me dejaste esperando,
Solo y sin desahogo
En la
Alameda, a morir.
Una bella poesía que me alegro de haber leído. Toda mi gratitud por escribir, en su día, un comentario en mi blog. Para lo que necesites, ahí me tienes...
ResponderEliminarUn saludazo.