¡Aborta ese gesto absurdo!
¿Qué pretendes con la caricia?
¿Convencerme?
¿Doblegarme?
Ya no hay sentido a nada
Parecía…
Pero no, no era así
Todo irreal
Tres orgasmos cada noche
Tres mentiras tácitas
No lo finges mal…
Pero no…
Al final la mano era más comprensiva
Tú exigías,
La mano me perdonaba
Y siempre estaba a mi lado
Tú…
… Otras obligaciones
Otros agobios…, derrotada
Cada noche
Cada tarde,
Mi mano callada, me acompaña
…, tristeza, soledad
Abatimiento…, y
…Le encontré a él,
Sin querer
Sin imaginar… ¿yo?
¿Qué?
Imposibilidad metafísica
Y o S o y U n H
o m b r e
Me he gritado mil veces
En mi celda,
En mi soledad,
En mi escándalo.
Él también lo es.
Me conoce; en los ojos
Una agitación de alas de colibrí
Fue el tiempo concedido
Y me cautivó,
Me negué.
Lo olvidé,
Me asustó mi alma
Me aterró mi temblor
Me dio vida esa mirada
¡No!
Volví la cara y no estaba
Se arrasaron los ojos
Sin entender…
¿Qué había pasado?
Y lloré…
Aquel timbre,
La entonación, casi susurrada
Algo átona
A mi espalda,
Casi a traición
“Me llamo Juan, ¿y tú?”
Su cara a dos centímetros
Los labios brillantes
Los ojos dos simas
Sonrientes,
Insondables
Para flotar etéreo
Surcando el espacio
El mínimo espacio que nos separaba.
Sorprendente la reacción física
Agradable la tirantez inimaginable
Terror pánico ante el deseo
Precipitándose como una riada
Un tsunami,
Destrozándolo todo
Para construirlo todo.
Un instante,
Un parpadear de ojos
Un dolor imposible de soportar y…
“… yo no, usted perdone”
Creyendo caer fulminado
Caminé…, y caminé
Sin volver la cabeza
Gritando en silencio de dolor
Se llamaba Juan…, y yo no
Las lágrimas se resistieron a la contención
Sin recato
Sin vergüenza,
Todo daba igual,
Lloré hasta verte a ti
Otra vez, una vez más.
Rutina segura del día a día
Pasmo de la nausea comprada
Seguridad de la muerte en vida,
Se llamaba Juan…, yo no…
Como siempre
Como una enésima vez:
Imbecil.
Pero H o m b r e…
¿O no?
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