Perdedores de Tiempo, Ganadores de Alma

martes, 18 de junio de 2013

PATETICA (primer movimiento)





ADAGIO.  MODERATO  ASSAI

Te conocí desde siempre, cuando naciste,
Mi Vladimiro. Mío.
Intuí la esencia, mi espíritu coloreó,
Un arco iris de emoción
Te vi cuando nacido,
Ya eras hombre; mi hombre
Mi vergüenza,
Para mí, mi yin, mi asidero, la salvación
Salvación de mi desordenado deseo
Siempre sucio, siempre lumpen, siempre yo.

De mi sangre, y solo entonces comprendí.
Te veía crecer y mi corazón saltaba,
Estrechaba tu cuerpecito; goce total,
Ya eras mío, para siempre
Te veía y me veía, eras yo y eras mío.
Compañía y componía, quería atraparte en notas
Hasta que el uso de razón nos enfrentó,
Tu uso de razón me confundió,
¡Eras como yo!, lo descubrí y enloquecí.
De corazón y de cuerpo. Te respeté,
A mi pesar. Te amaba pero aún deseando…
No sabía…, estaba desorientado,
¿Porqué con cualquiera…?
Quise tu comprensión, ¡eras yo!
Encontré solo mi dolor, con desamor.

No era yo el amado, aún de tu sangre, no me amabas
Detestabas que fuese así, como tú
Te odiabas en mí y sin embargo…
“Eres un genio” me decías…, y me negabas.
“En que piensas tío, hay mujeres hermosas”
¡Cínico!, me conocías, nos conocíamos,
Y sabía que pensabas en muchachos hermosos
Desde pequeño…, eras muy pequeño
Lo comprendiste, pero no entendías…, aún
Eras sabio de mis debilidades, yo de las tuyas
¿Porqué no?, ¡Inmoral!, lo sabías…
Te aprovechabas y me dabas ilusiones
Vanas esperanzas de un adolescente,
Bello, descarado y aprovechado
Deseado en los salones, en todos,
En cualquiera de San Petersburgo
Pero del que a medida que crecías
De toda manera, de toda conducta
Arrastrada, degradada, como a mi me gustaba
Más me enamoraba;
Cuando cortejabas mujeres bellas, me moría
¿Era para darme celos?
Las cortejabas a ellas y deseabas sus parejas,
Sus mismos vástagos, tiernos, consumibles…
Hacías bien el papel; tus labios en los suyos
Tus ojos en sus hijos adolescentes,
¿A cuantos conseguiste? ¿Con cuantos…?
Escandalizabas a la buena sociedad y te gustaba,
¿Y yo? Era muy mayor, ¿Verdad?

Supliqué, me arrastré, me hundí en el barro
Cada súplica, cada lamento, cada lágrima
Era solo motivo de burla y escarnio,
Te veía por los muelles del Neva,
Buscando…, como yo, a diario,
Un chapero sin escrúpulos,
Me rajaba el alma, pero tú…
Como yo. Marineros borrachos, degeneración
Mi imagen, mi desconsuelo, mi deseo incandescente.
Mis sentimientos ardían, inútiles, absurdos
Ante tu sonrisa de suficiencia,
Y te ibas con un menestral sucio y rijoso,
Me dabas pequeñas esperanzas, pies menudos
¡Estúpido de mí!, me esperanzaba
Te amaba, te amé y creía que quizá…
Eres mi sobrino, te dije, exigí, serio, grave
Escuchaste sombrío, esperé el desistimiento,
Tu rendición ante mi autoridad
El trágala de mi fama y deseo incondicional,
Cuando conocieses mí galantería
Mi longanimidad, mi entrega
Te rendirías…

¿Y qué, si eres mi tío? Chillaste, agobiaste,
Sonrojé, sudé, me mudó el semblante;
Iba a morir, me quedé sin voz y sin aliento.
¿Qué te has creído?, ¿Sabe tu hermana esto?
¡Maricón!
¿Lo sabe tú madre? Hijo…
Perdón, la desesperación… ¿Y tu que eres?
¡Más maricón que yo!
Deja que te roce esos labios
Deja que tu cuerpo se haga  mi cuerpo
Se uno conmigo por un a sola vez
Sangre de mi sangre
¿No lo entiendes?, no…, no lo entiendes.

Húndete en tu vicio y compone,
Luego muérete después de dejarte poseer

La crueldad de la juventud es alegre
Despreocupada y dolorosa
Y al fin esa crueldad lleva a la muerte
Te vacía el alma. Vladimiro déjame,
Permite que me entregue y te llene el alma,
Luego toma tu camino,
Yo tomaré el mío y si concluye en el mismo lugar
Comprenderás como tu vida, mi vida
Son la misma vida,
La felicidad,
Tranquilidad,
La paz.


 (Escuchese, mientras se lee despacio, el primer movimiento de la Sinfonia nº 6 de Piotr T)

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