Perdedores de Tiempo, Ganadores de Alma

viernes, 26 de abril de 2013

NO SE ...




NO SE…

No se que veneno dulce
Me inoculaste con la mirada
Mientras bailabas con ella,
E ignorante yo, me enamorabas,
Entrando a saco en mi alma
Haciéndome tiritar
En medio de nuestra danza,
Aquel fin de año…
Mi chica creyó que el arrobo
Y el temblor que me aquejaba
Eran pura consecuencia
De que libre, se me entregaba
Sin saber que se me estaban robando
Por tu maldito interés
Que te llevase a mi cama.

No se aún como supiste
Que mi vida fue en un tiempo
Peor que tormenta brava;
No se como averiguaste
Que en el fondo de mi lago,
En apariencia prístino,
De aguas serenas y calmas,
Como de atmósfera alpina,
Escondía un cadáver podrido
Que creía ya olvidado,
Aunque sigue envenenando mis aguas
Sigue castigándome a diario,
Sigue rajándome el alma.

Pero lo supiste;
Quizá porque tú también bebiste
De claras aguas emponzoñadas
… en ese tiempo pasado
Que parece que no pasa
Que parece que se olvida
Pero que vuelve a tu cara
Cuando menos te lo esperas,
Cuando menos te hace falta.

Me abrazaba a mi pareja
Quería sentir su karma,
Su calor, su aliento y arrullo,
Necesitaba besarla para olvidar
Que tu pupila me acariciaba.
Cerré los ojos airado
De sentir la taquicardia
Que tus ojos producían
En mi cuerpo y en mi alma.

Las lágrimas me brotaron
De pena, de dolor y rabia
Por estar siendo abducido,
Traicionándola sin causa
Por un imán verde ámbar
Que me anunciaba con calma
No fuera a resistirme,
Aunque buscase más armas;
La batalla era perdida,
Me iría al fin de su mano,
Me tragaría mi rabia
Y me ahogaría en sus ojos
Cuando él se hundiese en mi cama,
Le besaría los labios
Y entregaría mi cuerpo
Aunque me deshiciese en lágrimas.

No se como lo supiste,
Pero cuando por la mañana
Sorprendido preguntaste
Que hacías tú en esa cama,
Las lágrimas se abarrotaron
Y me inundaron la cara;
Me pediste perdón educado
Por si hubieses hecho algo
Que no fuera lo más adecuado,
Porque estabas tan borracho,
Habías bebido tanto
Que en tú memoria no había
Registro de lo pasado.

Te contesté, que tranquilo,
Yo tampoco recordaba nada
Estuve toda la noche
Removiendo la basura
De entre el fondo de mi alma.

Aunque a ti te convendría, dije,
Mirar dentro de tu armario
Por si encuentras algo más
Que algún pantalón olvidado.

Cuando ya te ibas, grave
Con la mirada humillada
Te volviste de repente
Con la cara iluminada,
Clavaste tus pupilas en las mías,
Rozaron tus labios mis labios
Y sonriendo un rubor
Solo acertaste a decir:
“Me has enseñado”

No hay comentarios:

Publicar un comentario