HADO

Tu destino es mi destino.
Esa obsesión me persigue
Desde que supe que te amaba.
Creí que era tu sexo,
De casi adolescente inmortal,
Un escape a la rutina;
Venganza en cuerpo ajeno
De una vida sin pasión.
Y cuando dejamos de vernos,
Sin dejarnos de pensar
El sexo dejó paso al deseo,
Y el deseo a frustración.
Comprendí que te quería,
Sin saber si tu también a mi.
Que tu sexo posesivo,
Tu abuso sólo era entrega
Y esa entrega de tu fuerza
Era para hacerme tuyo
Hacernos uno
Sin tener ya la ocasión.
Mi compromiso; el tuyo,
La vida que cada uno arrastra.
Pero si la muerte nos une,
Si me das en acto supremo
La semilla de tu fin,
Tendremos un solo destino.
Si no pudimos en vida
Que nos acoja la muerte,
Que tu sino sea el mío.
La memoria que deje
Vaya, en quien me quiera,
Enlazada a tu memoria,
La muerte nos sea propicia
Que la vida fue muy cruel.