ROMANCE DE DECEPCION

Te entregué toda mi vida
Y con ella el cuerpo entero
Sin que tu me lo pidieras,
Me conformó tu desprecio
Te molestaste en mirar
Donde, de hinojos, muerto,
Escuchaba con tu insulto
Una carcajada de hielo.

¿Reias porque era yo?
El que entrega su vida sin precio
Reias al ver que aún
Puede haber hombres con fuego,
Fuego que sofocaste
Con ese cuchillo lento
Que se clavó en mis entrañas
Mientras tú te ibas yendo
Contoneando caderas,
Presumiendo de ese cuerpo
Que no es lo que más deseaba
Que otras mujeres
Por dinero, como tú
A cientos.

Creías que en ese cuerpo
El tiempo se detendría,
Que te respetaría el tiempo
Y años, y años pasaron
Teniendo una pena por dentro,
Que ni los hijos mejores
Como una astilla clavada,
Pudieron sacarme de dentro.

Sin embargo, lustros y lustros más
Con mis nietos en la opera
Donde Verdi, como siempre,
Hizo acordarme de tí.
Queriendo haber sido Otelo
Y poder de odio estrangularte
Aquél mismo día allí.

Una mujer muy menuda,
Desdentada y humillada,
Descalza y muy encorvada
Me fuera a ofrecer cigarrillos
Cuando el frío de la noche
Hace temblar a los pobres,
Y asaetea a los viejos
Sin techo donde dormir.

Yo te conocí en los ojos,
Como para tí nunca fui nadie
No me conociste a mí,
Mi nieto quiso apartarte
Mi verbo fue fulminante,
"No fumo, mujer, no fumo"
Lo dejé justo ese día
En que una mujer a mi vida
Quise sin precio entregar
Y ella quiso rechazarla
Riendose sin parar.

La anciana desgreñada y pobre
Clavó sus ojos en mí
Y la misma cuchillada
De hacia siglos
En forma de carcajadas
En mis entrañas sentí.

Pero es que nunca vas a entender
Que no me interesa tu cuerpo
Lo que deseo es tu ser
Tu no me vas a entender.

Cuando miras y me apartas tu mirar,
Tu te crees que es mi deseo
Lo que rechazas en mí;
Pero te niegas mi entrega
Que no solo de cuerpo es,
¿Es que nadie va a entender?

Me retiras la palabra
Para levantar un muro nuevo,
Muro de negros silencios
Sin saber que solo quiero
De tu palabra aprender,
¿Es que nadie va a entender?

Te resistes a creerme
Y siempre te di la verdad.
Equivocaste el sentido
De mis versos mal escritos
Guiados por la impaciencia
De intentar que se pudieran creer
¿Es que nadie va a entender?

Nadie entiende nunca nada
Si se va con la verdad,
La verdad es cura dolorosa
Que se aplica sin piedad.
Y me da igual que tu lo entiendas
O te nuble tu razón
Ya se que cosa que hable, piensa o escriba
Por tu mente pasará
Como el sol por el cristal
Será lo que tu quieras leer
De todos es bien sabido
Que tú nunca quisiste entender.