Perdedores de Tiempo, Ganadores de Alma

martes, 19 de febrero de 2019

DESENGAÑO


Me perdiste. Te perdí.
Aquella noche de piedra,
Cuando la sangre se hiela,
Cuando se para la vida
Y se extingue sin gritar,
No tuviste gallardía.

¿Te asustaste, o te alivió?

Nunca supe si me querías
O era solo mi cuerpo
Cuando se me estremecía
Entre tus brazos de acero,
El que animaba a tu lengua
Sin cesar, a susurrar
Aquellos dulces, te quiero.

Aquel alba de caída de caballo
Buscando el calor de tu abrazo
Me estrellé contra tu hielo
Congelaste mis anhelos,
Calcinaste la ilusión
De despertar a tu lado
Dejando otra vida atrás.

Y no cesaste de callar.

Me ensordecía el clamor
De recuerdos de tu cama,
Tus sábanas arrugadas,
El escalofrío de la madrugadas
La calle vacía, el corazón lleno,
Apresurados pasos
Y tu figura en la ventana,
Diciéndome siempre adiós.

¿Aquellos besos volados?

 Mis noches de locura, de entrega
¿Eran tus noches también?
Las horas robadas a mi vida
Las que te entregaba sin pensar
¿Guardabas o despreciabas?
Esa pasión que hoy me escuece
Que ahora es espacio vacío, frío
En qué escuela de dolor aprendiste
En qué infierno helado
Te enseñaron a engañar.

¿Y asi, sin más?

Ni una excusa
Ni un lo siento,
No creo en tu frialdad.
Sigo creyendo en tu cuerpo,
El que me entregabas sin pensar
En tus besos de arropía
En tus quejidos de tanto gozar
El que no quisieses que llegase el día
Y secuestrases mi aliento
Atrapado en tus suspiros
Y lloraras al alborear
Cuando tenía que irme,
Al no quererme marchar.

Me duele este desengaño,
Me duele tu impávido soportar
Cómo te escupo a la cara,
Que aquello que más me duele
Es que no podré dejarte de amar.






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