MISERICORDIOSA

Siento tu aleteo gelido
La frialdad del bendito filo oxidado
El erizado animal de la nuca
Y tu aliento antiguo y mortal.
Vienes como con pereza
Con determinación desganada
La obligación te estrangula
Pero cumples con oficio, sin tristeza.
No me resisto; me entrego,
Sabes que te tengo nostalgia,
Lo que hice me conturba
Lo que dejé de hacer me duele,
La vida entera me mata.
No dices dónde me llevas
Ni siquiera si a otro mundo
O es el mundo el que se va.
Solo quiero ver la luz,
Quiero dejar de palpar;
A tientas he pasado la vida
Disimulando ser un ciego total,
Creyendo mi propio engaño
¿A quien podría engañar?

Escucho tu quedo arrastrar,
Cómo me rozas el hombro,
Me invitas a viajar
Y siento la paz que te nimba;
Ya te quiero acompañar
Da lo mismo donde vayas,
Dónde me quieras llevar.