La luz hiriendo el agua
Se deshace en trozos de amor;
Y el viento, gélido,
Acaricia el mundo
Para mitigarle el dolor
De creer que es eterna su muerte.
Ramas de árbol sereno
Presas del tiempo;
Calladas,
Dormidas,
Heladas,
Esperan el calor;
Que se acabe ese rencor,
La envidia de la vida,
Emboscada,
En cada estrella de nieve,
En cada nevero,
En cada ventisca
La luz hiriendo el agua
Detenida,
Confinada sin su nervio,
Cárcel de ella misma
En dura piedra de tiempo.
Lamina sin color, virgen
Piel impoluta de mujer bella,
Cruel y distante, delicada,
Que cubre de inocencia
La roca triste
La hierba humilde
La tierra huérfana de hombre
Ávida de vida
Tesoro del mundo
A la que el mundo niega.
Trozos de amor saltan del agua
Al herir la luz su manto
Y recordar la feracidad
De la muerte,
Semilla de la vida
Promesa del retorno
Eterno retorno de la vida.
Y la luz vuelve a herir el agua
El agua se licua,
Milagro del tiempo
Los trozos de amor se restañan
Y la vida vuelve
Siempre vuelve
Aunque no queramos,
Aunque no volvamos,
La vida vuelve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario