Presta oídos al silencio
Que te envuelva en algodón
Y te aísle de tu alma
Que grita en silencio sus penas
Que no le escuchas; perdón,
Porque frenando al corcel
Que cabalgas sin pasión
Frenas el ansia que tienes
De libertad y de amor.
El corcel se llama vida
Y te ahogará en el alcohol
En el que acabarás por sumirte
Si no le sueltas las riendas
Y le dejas que cabalgue
Libre por la pradera
Verde como esperanza
Fresca de beso núbil
Tierna como tu sexo
Cuando eras chica de amor
Sin dolor que yo te cause
Pretendiendo que el color
De mis ojos sea tinta
Con que pintar nuestro cuadro,
Ese de la cama desecha,
Las sabanas arrugadas
Y la colcha en el sillón.
Los pechos endurecidos
Y tu mirada ansiosa buscando
Como hacernos solo uno
Con mi cuerpo de perlas
Engalanado por el sudor
Que tú me lames
Y provocas en mi sexo ese clamor
Que estalla en silencio a voces
Y grita con palabras,
Con palabras de cualquier dios,
Que te quiero, que me quieres,
Que nos queremos los dos.
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